Ronsel do Sil in Ourense

A vista do rio é linda. Bodega pequena, sem estrutura de enoturismo. Apenas um local pequeno para degustação. É necessário agendar ou pode ir ver a vista e comprar vinhos (sem degustação).Kuka não pode entrar, pois é bem pequeno e muito próximo ao local de produção - super entendemos e está ok! 👌🏼

Lo unico a resaltar es el paraje donde esta situada. Las explicaciones fueron malas y con muy poca gana. Nada que visitar dentro de la bodega, pues lo que vimos fue un almacen de cajas y pales. 12 euros la cata con un servicio de vino muy escaso en las copas y una degustacion de queso y lomo de cabezada que no llegaba a una loncha por persona.

Visita bien organizada, con una cata de vinos muy variada.

Un trato muy afable. El propietario nos explicovtodo de manera muy amena. Los vinos nos encantaron.

Imptesionante, por la amabilidad, las explicaciones, los vinos y por hacernos sentir tan acogidos. Gracias Felipe porque se nota la calidad y la calidez en todo vuestro admirable trabajo... heroico de verdad.

Bonita experiencia la visita a esta bodega : muy buenas explicaciones. Probamos unos vinos excelentes

Muy recomendable. Bodega familiar muy bonita y con encanto. La visita por los viñedos preciosa, y el anfitrión de 10!

Completamente recomendable la visita a esta bodega tan especial. Precioso paisaje, vinos maravillosos y una atención de diez de su propietario que nos recibió de forma amabilísima a pesar de nuestra llegada fuera del horario de visitas. Muchísimas gracias, repetiremos seguro.

Una grata sorpresa!!Una visita guiada con mucha profesionalidad. Las viñas y las vistas espectacularesUna bonita historia y un proyecto magníficoFelicidades

Pequeña bodega con gran variedad de uvas a las orillas del Sil. Visita agradable, educativa y interesante con degustación de vinos muy correcta acompañada de un pequeño picoteo

Hicimos la visita guiada con cata ... la mejor experiencia que te puedes llevar. La dueña, un encanto. De las personas que te transmiten su entusiasmo y amor por sus vinos. Te explica cómo los hacen, te enseñan la bodega, los cultivos...Totalmente recomendable, experiencia fundamental

Merece la pena visitar esta bodega simplemente por compartir un rato con Felipe, el anfitrión. Da gusto encontrarse a gente con esa educación, cultura, experiencia y pasión por lo que hace.Si al encuentro con Felipe le unes que la Bodega está en un sitio espectacular, a orillas del Sil, colgando de una ladera, el resultado es un recuerdo bonito para toda la vida.Y unos tintos sorprendentes. Para Madrid se han venido unas cuantas botellas...

Visita muy recomendable, a pie de la viña. Las explicaciones muy buenas, con pasión y amor, se nota el cariño con que hacen el vino. Volveremos a disfrutar de la experiencia, bebiendo el vino que compramos. Muchas gracias María José!.

Una experiencia que vale la pena!! La atención inmejorable, una empresa familiar que se le nota el cariño por su trabajo😍. Nos hicieron la visita para nosotros solos porque no disponiamos de otro dia, con lo que quedamos muy agradecidos.

Hola,Hoy hemos visitado esta bodega aprovechando nuestra estancia en la Ribeira Sacra. Es posiblemente una de las paradas de mayor interés sin duda. Habiamos visitado otras bodegas pero esta fue muy especial: lo primero, por la excepcionalidad de la persona que nos hizo la visita. Arquitecto de profesión, profesor de universidad y apasionado del vino, lo que mas nos impresionó fue sus dotes de comunicación, su amabilidad y su cercanía. Consiguió conectar rápidamente con todos los miembros del grupo ( y éramos una familia de trece miembrosy contagiarnos su pasión y algunos conocimientos basicos. Lo segundo, por la oportunidad de ver las vides y las instalaciones de una forma tan cercana. Y finalmente, por lo que nos gustaron los vinos y sus peculiaridades de la variedades que tenia . Todos los que catamos fueron muy buenos y nos gustaron a todos, cosa que no pasó con anteriores visitas. Lo dicho, visita obligada si se visita la Ribeira Sacra. Gracias Felipe por esta deliciosa visita

Espectacular!! Impresionante bodega, hicimos una visita guiada por la dueña, viticultora heroica donde las haya, te hace una cata de todas las uvas que cuida con mucho mimo y te explica la historia de las bodegas de la Ribeira Sacra.

Acudimos por las buenas críticas y por la cercanía al Parador de Sto. Estevo donde estábamos alojados. Nos encontramos con una experiencia que nos transmitió el cariño y el sentimiento hacia el vino pero en otros aspectos dejó mucho que desear:Pocas explicaciones, ni de la historia de la bodega, ni de la elaboración, ni de los vinos, ni de cómo coger la copa o el proceso de la carta.Probamos cinco vinos, un blanco y cuatro tintos. La cantidad de vino que ponían en la copa era ínfima, apenas suficiente para mojar los labios. Entre los cinco vinos no llegaría a llenar una sola copa (y no estoy exagerando nada). Me pareció algo ridículo. Encima con la broma de que los conductores tenían que beber poco...He estado en visitas a bodegas muy diferentes unas de otras, mejores y peores, pero nada parecido a esto. Me sentí realmente molesto por haber pagado 10 euros (año 2022por una cata tan rácana. Y es una pena porque ese detalle estropea la visita. En otras bodegas te llevas la bonita copa de cata como recuerdo pero en este caso nos dijeron que la dejáramos en la mesa.Los vinos están bien pero la verdad es que no puedo recomendar la visita.

Buena visita por el entorno y por la explicación delante las viñas. Pero la cata es regular, no hay una experiencia sensorial.

Una bodega pequeñita, con un encanto muy especial, nos hicieron una cata de lo mas instructiva, y nos contagio la pasion con la que nos explicaba cada detalle de los viñedos. El vino buenisimos pedimos un envio a Mallorca. Gracias Ma Jose.

Buen trato por parte de los propietarios. La visita interesante y muy bueno vino!

Una buena experiencia para iniciarte al mundo del vino. La bodega concierta visitas guiadas dónde te explican, durante todo el recorrido, todo el proceso de la elaboración del vino, seguidamente de una cata de diferentes tipos con algo para picar. Nos encantó 😁

Hemos estado un grupo de 13 personas y todos salimos encantados con la visita y con la cata. Vinos con mucho trabajo y mucha pasión, elaborados por personas únicas. Felipe y su familia son unos emprendedores admirables. En cuanto a los vinos, probamos 2 añadas de Mencía (destacando en mi opinión la de 2016y Caíño (vino con muchos matices y con un sello muy personal). Enhorabuena por vuestro trabajo.

Pasamos por allí haciendo el Camino de Invierno y María José nos atendió genial.Vinos de variedades autóctonas, de alta calidad. Buen mencía.Al pie del río. Ideal para visitar y conocer la viticultura de la Ribeira Sacra.

Bien , ha estado genial, los vinos muy ricos , y la atención muy buena. Recomendable visita gestionado por una pareja formidable

Pequeña bodega familiar en la Ribeira Sacra que merece la pena visitar. Felipe , el propietario, transmite la pasión que tiene por su trabajo al contar como se hace el vino. Se hace una cata de 4 vinos y te explica la diferencia respecto a sus procesos de maduración. Mejor reservar llamando previamente. Muy recomendable

Bodega familiar , es una visita muy agradable explicada por su dueña, una mujer emprendedora que aunque no sepas mucho sobre el mundo del vino, te hace apreciar su valor con todos los sentidos.

Es una bodega familiar con una ubicación inmejorable. Felipe, el propietario, nos hizo una guía de la viña muy agradable, contestando a todas las preguntas que le hacíamos. Se veía que transmitía pasión y eso te contagia. Salimos de allí queriendo abrir una bodega nosotros.Los vinos muy buenos; nosotros nos llevamos para casa 4, y pediremos más. Volveremos a ayudaros en época de vendimia… a carretar la uva y a pisarla!!!

Un gran descubrimiento!!Una maravillosa visita y experiencia.Bodega familiar con un alto grado de profesionalidad e implicación en su trabajo. Su resultado, una alta calidad en sus vinos. Excelente calidad y muy recomendables.

Bodega familiar que ha sido construida con cariño en un lugar maravilloso. Ya hemos ido dos veces y los dueños son encantadores. Puedes aprender con ellos acerca de la zona, el vino, Galicia y lo que diferencia a la Ribeira Sacra del resto de D.O.El acceso a la bodega es por caminos complicados pero no es un problema, al llegar allí tienes una pequeña zona donde dar la vuelta y dejar el coche.Si estáis interesados en ir, os recomiendo llamarles antes. Así podréis concretar una hora y precio, dado que al no ser una bodega comercializada, los propios dueños se encuentran haciendo las labores propias del lugar.

Dejando las hermosas vistas y el vino aparte, la actitud del responsable de la misma dejó mucho que desear en cuanto a la narración de las características culturales de la zona. Dejó quedar a Galicia y a su rural como una panda de paletos. Que si no hay internet ni cobertura, que los jóvenes no se quedan.. "que van a hacer, leer a Rosalía de Castro" y repitió mas de cinco veces que esta es la Galicia profunda y la españa rural olvidada. Aparte de españolizar toda su toponimia con perlas como Orense, Rías Bajas, Arosa. Si esto lo lee el responsable ojalá que cambie su manera de narrar la vida en Galicia ya que nos deja quedar muy mal hacia al turista extranjero y no es así. Considerarlo como una crítica constructiva pero yo sinceramente, como me sentí bastante ofendido con esos comentarios no volveré y no recomendaré este lugar. Un saludo.

Un sitio increíble. Espectacular. La bodega está en un lugar increíble y la señora que nos ha explicado la visita encantadora, con una sabiduría sobre la vid y su cultivo increíble.

Muy buena atención de María José, vinos hechos desde el corazón y con alma. Da gusto ver este tipo de bodegas de pequeño productor alejados totalmente del circuito de los vinos comerciales. Vinazos.

Yo no soy de vinos, mi pareja sí, pero si vas a hacer un viaje por la Ribera Sacra hay que visitar una de sus bodegas; nosotros nos acercamos hasta esta por cercanía, desde Parada do Sil nos resultaba fácil llegar, pero ya desde el momento en el que reservamos la visita, se notó la amabilidad de los responsables de la misma, y para mí el trato personal es determinante para que una experiencia merezca la pena o no, y está lo mereció.Las vistas, mientras esperas, son espectaculares, te reciben con las copas en la mano y lo que te transmiten desde el principio es la pasión por su trabajo.La cata fue muy completa, y la visita creo que incluso más larga de lo anunciado, todo ello envuelto en una amabilidad exquisita.Por cierto, la botella que compramos duró poco en casa, ya nos la bebimos!

Un sitio espectacular y una ruta que merece mucho la pena. La guía es la misma persona je hace los vinos por lo que sabe explicar el proceso perfectamente. Luego puedes dar un paseo libre por la zona por lo que la experiencia merece mucho la pena.

Interesting tour with a brief winetasting session. Bought 2 bottles of wine, 15€ each. Taken aback when charged 48€ instead of 30€ for the 2 bottles. Then told the extra 18€ was for the tour/winetasting. However, this extra was only charged to those of us who bought wine. Bad sales/marketing policy. Either charge all visitors a standard price and inform beforehand or include this extra in the price of the wine sold.

Hace 5 días que visitamos esta bodega, y fue uno de los momentos especiales de nuestro viaje por la Ribeira Sacra. Gracias a Maria José por transmitirnos su amor por esa tierra, esas viñas y su vino. Un lugar con "terroir", en un sitio espectacular.Visita obligada

Bodega familiar a orillas del río Sil.Venimos del País Vasco y estamos acostumbrados a las grandes bodegas de La Rioja, pero esta bodega es algo diferente y único. Catar los vinos entre viñas frente al paisaje del Sil fue una experiencia inolvidable. Muy buena atención y explicación del bodeguero. Cuesta llegar hasta la bodega pero merece la pena. Totalmente recomendable

Como positivo, la explicación está bien y aprendes respecto a los vinos de la zona. Como puntos negativos aparcar es una odisea. Complicadísimo y con una inclinación brutal. Un Tetris. Un mal rato para entrsr y para salir. Y no se puede efectuar una visita a pleno sol y con 38° especialmente cuando vas con niños. Un infierno. Ni una triste sombra ni un asiento. El vino bueno pero la estructura de la visita ha dejado mucho que desear. Recomendable visitar otra bodega más preparada para enoturismo. Quedáis advertidos...

Acabamos allí por casualidad y el dueño nos dijo si queríamos pasar.Bodega pequeña y familiar con unos vinos de alto nivel de los que nos dio a probar unos cuantos.Como toda la Ribeira Sacra, precioso paisaje en los alrededores.

Muy buena explicación por parte del propietario. Nos encantaron los vinos y nos hemos llevado unas cuantas botellas para degustar en casa. Muy recomendable.

Conocimos esta bodega al comprar una de sus botellas de Veluveyra godello, por lo que estando tan cerca nos animamos a conocer esta bodega familiar a la orilla del rio Sil.En la visita probamos 5 de sus elaboraciones (1 blanco, 1 rosado y 3 tintos), empezando en unos viñedos donde tienen diferentes variedades a modo de muestra y pruebas. Tras ello, ya en el interior de la propia bodega nos explicaron el proceso de vendimia, las dificultades a las que se enfrentan, etc... todo en un tono muy ameno y sin problemas ante nuestras preguntas.Tras ello nos volvimos a casa con unas cuantas botellas ;)

Entorno idílico y una visita encantadora sobre la cultura del vino. Vinos realmente buenos , el señor Felipe, el dueño muy amable. Protocolos Covid y toma de temperatura. Fuimos 4 personas, de Madrid.Compramos botellas de vino sin problema al finalizar la visita guiada.

Acudimos por las buenas críticas y motivados también por la amplia variedad de uvas utilizadas. Nos encontramos con una experiencia que dejó mucho que desear.Pocas explicaciones, ni de la historia de la bodega, ni de la elaboración, ni de los vinos, ni de nada.La degustación, que no cata, en plan exprés, de pie y mala manera. Soy una gran aficionada del vino y he estado en visitas a bodegas muy diferentes unas de otras, mejores y peores, pero nada parecido a esto. Me sentí realmente molesta por haber pagado 8 euros por algo así.No sé si influye el hecho de que las críticas hablan de una mujer en las visitas y nosotros estuvimos con su marido, pero la experiencia... Para olvidar.

Vinos únicos, la cata es espectacular y fuera de lo común. Pruebas uvas centenarias desconocidas. María José te transmite su pasión por el vino y la arquitectura. Esta bodega es de obligatoria parada.

Excelente visita. La bodega muy casera pero en la orilla del río Sil. Sirve poco vino porque no quiere emborrachar a nadie sabiendo que para llegar son unas cuantas curvas. El vino blanco espectacular y los tintos a medida que van cogiendo cuerpo son mejores. La dueña un encanto, con mucha experiencia y con ganas de que las personas participen en la visita. Volveremos.

Pequeña bodega familiar con vinos de cepas autóctonas. Los dueños muy amables

Incredible winery at a stunning location. It is a small family winery at the heart of the Ribeira Sacra, which makes it very convenient for commuting from and to the different Ribeira Sacra landmarks (Parador, Catamarán, restaurants...). The owners are extremely nice and passionate about their work and their explanations are thorough and detailed about the winemaking process and all the different and rare indigenous varietals of the region. And the wines are just amazing: honest, elegant and a pleasure for all the senses. Ronsel do Sil is absolutely worth a visit: it will change your perspective on what respectful and sincere wine-making means.

Bodega pequeña en un marco precioso de la Ribera Sacra, pero la visita dejó mucho que desear, el guía que debía ser el dueño había que sacarle las palabras con sacacorchos, teníamos que preguntarle nosotros en vez de explicarnos él, sin mucho entusiasmo. Estuvimos con la copa vacía en la mano toda la visita viendo algunas viñas y la bodega . El viñedo que vimos estaba al pie de la bodega y no nos movimos más allá de dos metros. Hicimos una cata de cuatro vinos sin cambiar de copa, osea que se mezclaban los sabores. Realmente decepcionante.

Pequeña bodega que María José, su propietaria, enseña con verdadera pasión por su trabajo. La cata incluye, además de las variedades más típicas de la D.O. como las Mencía y Godello, otras menos conocidas como Dona Branca, Brancellao y Merenzao. Recomiendo este último vino, Alpendre, espectacular.

A excelente ubicación á beira do Sil e a paixón con que a adegueira e enóloga María José transmite a esencia da Ribeira Sacra e dos seus sorprendentes viños, fan da visita a esta adega unha parada obrigada